miércoles, 30 de noviembre de 2011

GABRIELA MISTRAL: “REINA DE LA LITERATURA LATINOAMERICANA”


Con este blog quiero rendir un homenaje a una de las más grandes poetas de la lengua española, Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura en 1945 y una de las figuras hispanoamericanas de mayor prestigio internacional. Esta singular mujer, que ejerció el magisterio con excepcional vocación, sintetiza las utopías panamericanistas de una buena parte de la intelectualidad de la primera mitad del siglo XX en América, una de las principales figuras de la literatura chilena y latinoamericana. Gabriela Mistral es, por todo esto, la muestra más clara de hibridismo racial y cultural, la feliz conjunción de muchas vertientes poéticas.

BIOGRAFÍA

Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, que más tarde adoptará el seudónimo de Gabriela Mistral por inspiración de la obra de Gabriel D’Annunzio y Fréderic Mistral, nació en Vicuña, pequeña población del valle de Elqui (Chile), el 6 de abril de 1889. Fue una destacada poetisa, diplomática, feminista, y pedagoga.

Hija del maestro de escuela Juan Jerónimo Godoy y de la modista Petronila Alcayaga, su infancia transcurre entre las aldeas de La Unión y Montegrande, adonde se traslada su madre tras ser abandonada definitivamente por su esposo en 1892.
Sus abuelos paternos, oriundos de la actual Región de Antofagasta, fueron Gregorio Godoy e Isabel Villanueva; y los maternos, Francisco Alcayaga Barraza y Lucía Rojas Miranda, descendientes de familias propietarias de tierras del Valle de Elqui.

Abandonada por el padre, esta mujer supo encontrar desde muy temprano en la poesía la forma de refugio de su sufrimiento y su dolor. Tenía tan solo 11 años cuando la injusta acusación de haber robado el material didáctico que le habían encargado la hizo salir apedreada por sus compañeras de la escuela de niñas de Vicuña. De allí se retiró para ser educada por su hermanastra, quien supo orientar su formación pedagógica y alimentar con su ejemplo la vocación docente de Gabriela. La presencia de Emelina Molina Alcayaga, 15 años mayor que ella, unida a la de su abuela Isabel Villanueva, quien le transmitió el conocimiento de la Biblia, serán las imágenes familiares más influyentes en la vida de la poeta y aparecerán más tarde unidas en un único e indisoluble recuerdo.

En este proceso de formación autodidacta resultará igualmente fundamental el contacto con el periodista Bernardo Ossandón, quien le permite acceder libremente a su magnífica biblioteca y conocer la poesía de Federico Mistral, los novelistas rusos y la prosa de Montaigne, y le brinda su orientación y su apoyo hasta el momento en que Gabriela publica en el periódico El Coquimbo sus primeros artículos y sus primeros versos, con el nombre de Lucila Godoy. A los 15 años publicó sus primeros versos en la prensa local, y empezó a estudiar para maestra.

A los 16 años decide seguir la carrera de maestra, para lo que solicita su ingreso en la Escuela Normal de La Serena; pero es rechazada porque sus ideas, que habían aparecido reflejadas en algunos artículos periodísticos, son consideradas ateas y contraproducentes para la actividad de una maestra destinada a formar niños. Gabriela reclama entonces sus derechos y hace suya la voz de las mujeres de Chile al publicar en La voz de Elqui su artículo «La instrucción de la mujer», en el que exige que todas las mujeres tengan derecho a la educación, y con el cual consigue su nombramiento.

En 1904 comienza a trabajar como profesora ayudante en la Escuela de la Compañía Baja en La Serena y empieza a mandar colaboraciones al diario serenense El Coquimbo. Al año siguiente continúa escribiendo en él y en La Voz de Elqui, de Vicuña.

Desde 1908 es maestra en la localidad de La Cantera y después en Los Cerrillos, camino a Ovalle. No estudió para maestra, ya que no tenía dinero para ello, pero posteriormente, en 1910, convalidó sus conocimientos ante la Escuela Normal N° 1 de Santiago y obtuvo el título oficial de Profesora de Estado, con lo que pudo ejercer la docencia en el nivel secundario. Este hecho le costó la rivalidad de sus colegas, ya que este título lo recibe mediante convalidación de sus conocimientos y experiencia, sin haber concurrido al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.

Posteriormente su profesionalismo quedó demostrada al ser contratada por el gobierno de México para asentar las bases de su nuevo sistema educacional, donde a su vez fundó la escuela que lleva su nombre y colaboró en la organización de varias bibliotecas públicas, además de componer poemas para niños (Rondas de niños, 1923) por encargo del ministro de Instrucción Pública mexicano, y textos didácticos como Lecturas para mujeres (1924).

Terminada su estancia en México, viajó a Europa y a Estados Unidos, y en 1926 fue nombrada secretaria del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones. Paralelamente, fue redactora de una revista de Bogotá, El Tiempo (sus artículos fueron recogidos póstumamente en Recados contando a Chile, en 1957), representó a Chile en un congreso universitario en Madrid y pronunció en Estados Unidos una serie de conferencias sobre el desarrollo cultural estadounidense (1930).

INICIOS LITERARIOS

Gabriela Mistral se dio a conocer en los Juegos Florales de Chile en 1914 con el libro de poemas “Los sonetos de la muerte”, nacidos del dolor causado por el suicidio de su prometido, a quien había conocido en 1906. Estos sonetos fueron incorporados en 1922 a una colección más amplia de sus versos realizada por el Instituto Hispánico de Nueva York bajo el título de Desolación.
A partir del reconocimiento obtenido en este certamen comienza en la vida de Gabriela una etapa fecunda y creativa: publica algunos poemas en la revista Sucesos y entra en contacto con el poeta Rubén Darío, quien publica en la revista Elegancias de París su poema «El ángel guardián» y el cuento «La defensa de la belleza».

Empieza a publicar muchas de sus composiciones: «Los sonetos de la muerte» salen a la luz en la editorial Zig-zag, y en la revista de Educación Nacional aparecen los poemas «La maestra rural», «Plegaria por el nido» y «Redención»; además se la incluye en prestigiosas antologías Araya. Estas primeras incursiones en las letras van a verse avaladas más adelante por un crítico de la categoría del español Federico de Onís, quien dicta una serie de conferencias sobre su obra a profesores españoles y norteamericanos en la Universidad de Columbia y consigue que el Instituto de las Américas de Neueva York publique en 1922 su primer libro, Desolación. Su verso desnudo, que se opone a la poesía aristocratizante del modernismo, se encuentra, como bien ha señalado Consuelo Triviño, impregnado de un panteísmo en el que la geografía americana llega a ocupar un lugar sagrado y por medio del cual la poeta, que no aspira a captar la belleza de las cosas sino la esencia misma de la vida, empieza a ser conocida en todo el continente.

“Desolación”, considerada su primera obra maestra, aparece en Nueva York en 1922 publicada por el Instituto de Las Españas, a iniciativa de su director Federico de Onís. La mayoría de los poemas que forman este libro los había escrito diez años atrás mientras residía en la localidad de Coquimbito.

El 23 de junio de ese año Gabriela Mistral zarpa hacia México en el vapor Orcoma acompañada de Laura Rodig, invitada por el entonces ministro de Educación José Vasconcelos. Allí permaneció casi dos años, trabajando con los intelectuales más destacados del mundo hispanoparlante en aquel entonces.

En 1923 se inaugura su estatua en México, se publica allí su libro “Lectura para mujeres”, aparece en Chile la segunda edición de “Desolación”  con una edición de 20.000 ejemplares y aparece en España la antología “Las mejores poesías”, con prólogo de Manuel de Montoliú.

En 1924 publica en Madrid  Ternura, libro en el que practica una novedosa "poesía escolar", renovando los géneros tradicionales de la poesía infantil (por ejemplo, canciones de cuna, rondas, y arrullos) desde una poética austera y muy depurada. Petronila Alcayaga, su madre, murió en 1929, por lo cual le dedicó la primera parte de su libro Tala.

La poesía de Gabriela Mistral  ha sido traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco, resultando muy influyente en la obra creativa de muchos escritores latinoamericanos posteriores, como Pablo Neruda y Octavio Paz. Sus diversos poemas escritos para los niños se recitan y cantan en muy diversos países en la actualidad. Muchos de sus poemas y libros han sido leídos por niños y adultos en diversos países.



CARACTERÍSTICAS LITERARIAS
-         Ausencia de retórica.
-         Gusto por el lenguaje coloquial.
-         El verso y la prosa conforman sus poemas.
-         Dolores íntimos, angustías interiores, tragedias adolescentes.
-         Representa el drama de la madre soltera, basado en al solidaridad del sexo.
-         Se dedicó a los versos infantiles para animar alos escolares.
-         En sus poemas en prosa inmortalizó enseñanzas morales para aconsejar al lector.
-         Más adelante la tragedia de la juventud y la angustia se presentan en forma pasiva en sus escritos

GABRIELA MISTRAL: UNA REFLEXIÓN POÉTICA SOBRE LA IDENTIDAD HUMANA

Entre las múltiples dimensiones significativas que se evidencian en la poesía de Gabriela Mistral puede destacarse su preocupación americanista. Esta indagación poética sobre la identidad americana constituye, junto con las diversas variaciones en torno a la autorreflexividad y al enmascaramiento discursivo, uno de los rasgos que vuelven decididamente contemporánea y siempre actual la obra poética y prosística de la escritora chilena.

En la sección «América» de su libro Tala (1938), en el póstumo Poema de Chile (1967) y en su obra en prosa (por ejemplo los también póstumos Materias, publicado en 1978, o Escritos políticos, de 1994), se puede apreciar el vigor de esta dimensión americanista mistraliana, concretada en una búsqueda, por parte del yo poético, de los signos identitarios individuales y colectivos del continente. El hablante poético asume, en determinadas ocasiones, («Beber») su condición de indígena, hablando y postulando desde allí su condición esencial, construyendo el escenario de una existencia en la que se ha verificado un proceso de reconocimiento y de integración cultural.

MISTRAL Y LOS VANGUARDIAS

Gabriela Mistral figura en la historiografía literaria dentro de la generación posmodernista junto con un heterogéneo grupo de escritores que se sitúan entre el modernismo y los movimientos de vanguardia:
  • los mexicanos Ramón López Velarde, José Juan Tablada y Alfonso Reyes;
  • el cubano Regino E. Boti;
  • el puertorriqueño Luis Llorens Torres;
  • los colombianos Porfirio Barba Jacob y Luis Carlos López;  
  • el venezolano José Antonio Ramos Sucre; los peruanos Abraham Valdelomar y José María Eguren;
  • los chilenos Manuel Magallanes Moure, Carlos Pezoa Veli y Pedro Prado;  
  • los argentinos Evaristo Carriego, Baldomero Fernández Moreno, Enrique Banchs y Rafael Alberto Arrieta;  
  • los uruguayos Delmira Agustini y Carlos Sabat Ercasty

El desinterés de Gabriela Mistral por adoptar fórmulas vanguardistas en sus poemas se explica porque para ella la sensibilidad, la lengua poética y el repertorio de temas tenían que estar enraizados en lo propio para ser auténticos; la sujeción incondicional a normas estéticas foráneas era símbolo de inautenticidad. Conforme pasan los años se acentúa su escepticismo con respecto a los logros estéticos vanguardistas, sobre todo el artepurismo de la imagen.

GABRIELA MISTRAL: PREMIO NOBEL

Hace sesenta Y seis años, un diez de diciembre de 1945, Gabriela Mistral recibió el primer Premio Nobel de Literatura otorgado en el Nuevo Mundo. Es hasta la fecha la única mujer que lo ha obtenido en Iberoamérica: «Por su poesía lírica, inspirada por poderosas emociones que han hecho de su nombre un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano». Un gran mérito, sin duda, pero, aún más, si pensamos que fue hija de la pobreza. Nació en Vicuña, una aldea perdida en el interminable territorio chileno de variados climas y paisajes. Hija de matrimonio separado, por el abandono que hizo del hogar su padre, Jéronimo Godoy, cuando ella tenía tres años. Una educación esforzada y en parte autodidacta le permitió conseguir el título de maestra. Profesión que desempeñó con enorme vocación por todo Chile, y luego en algunos países latinoamericanos. Paralela a su formación de docente, desarrolló la literaria, destacándose en la poesía a contar de 1914, cuando gana el primer premio en los Juegos Florales realizados en la capital chilena, con Los sonetos de la Muerte.
ANTOLOGÍA DE GABRIELA MISTRAL

La selección que presentó a continuación sobre las obras de Gabriela Mistral pretenden dar cuenta del rico y complejo universo que posee esta poeta chilena. Son poemas que muestran las principales líneas temáticas de su obra: el ejercicio docente, el amor hacia los niños, la maternidad frustrada, el dolor ante la muerte de sus seres más queridos, y por supuesto los paisajes chilenos y su valle de Elqui, que la vio nacer y al que quiso volver al morir. Es nuestro deseo que esta pequeña antología se convierta en una invitación a introducirse en el intenso universo poético mistraliano.

    * Sonetos de la Muerte (1914) 
    * Desolación (1922)
    * Lecturas para mujeres (1923)
    * Ternura (1924)
    * Nubes blancas y breve descripción de Chile (1934)
    * Tala (1938)
    * Todas íbamos a ser reinas (1938)
    * Antología (1941)
    * Lagar (1954)
    * Recados, contando a Chile (1957)
    * Poema de Chile (1967, edición póstuma)
    * Almácigo (2008, edición póstuma de poemas inéditos)
    * Niña errante (2009, epistolario con Doris Dana)

ÚLTIMOS DÍAS  DE GABRIELA MISTRAL

Mistral tenía diabetes y problemas al corazón. Finalmente murió en el Hospital de Hempstead, Nueva York, a causa de un cáncer  de páncreas, el 10 de enero de 1957, a la edad de 67 años, estando Doris Dana presente.

Doris Dana permaneció como albacea de la obra de Mistral y evitó enviarla a Chile hasta que no se reconociera a la poetisa como correspondía a su estatura mundial. Incluso se le llegó a extender una invitación de parte del gobierno del Presidente Ricardo Lagos Escobar, cosa que ella gentilmente declinó.

En su testamento, Mistral estipuló que el dinero producido por la venta de sus libros en América del Sur debía destinarse a los niños pobres de Montegrande, donde pasó sus mejores años de infancia, y el de la venta en otras partes del mundo a Doris Dana y Palma Guillén, quien renunció a esa herencia en beneficio de los niños pobres de Chile. Esta petición de la poetisa no se había podido realizar debido a un decreto (Decreto nº 2160) que derivaba los fondos a editoriales e intelectuales. Este decreto fue derogado y actualmente los ingresos producto de su obra llegan a los niños de Montegrande en el valle del Elqui.

Sus restos llegaron a Chile el 19 de enero de 1957  y fueron velados en la casa central de la Universidad de Chile, para después ser sepultados en Montegrande, como era su deseo. Una vez dijo que le gustaría que bautizaran un cerro de Montegrande en su honor; lo consiguió póstumamente: el 7 de abril de 1991, en el que sería su 102 cumpleaños, el cerro Fraile pasó a llamarse Gabriela Mistral.



2 comentarios:

  1. Excelente redacción, Gabriela Mistral es una excelente autora, es muy interesante, además en cada obra nos deja un mensaje muy claro: soledad, tristesa y muerte; y esos temas nos hace reflexionar de uno u otro modo.
    Felicidades por tu nuevo blog y suerte XD

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  2. Exelente informacion, todo es muy preciso e interesante te salio espectacular

    Bonita decoracion ..

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